Eisenstein, seguía siendo partidario del guión
literario y en sus cursos una de las tareas encomendadas a los alumnos era
convertir un texto en prosa en un guión de rodaje. Pedía a los alumnos que
planificaran la puesta en escena de un incidente de la revuelta haitiana de
Dessalines o que adaptaran una escena de Papá Goriot, Crimen y
castigo o de la ópera de Shostakovich Lady Macbeth de Mtsensk, el método de
dirección consistía en presentar la acción de la manera más forzada
posible. Eisenstein instaba al director a que hiciera todo lo necesario
para que el hecho sorprendiera al percibirlo y despertara emociones, como usar
arquitectura diagonal para atrapar la atención del espectador sobre la
figura.
Incluso este rudimentario ejemplo expone lo que Eisenstein
llama imaginidad: el desarrollo expresivo de una cualidad emocional
esencial. Desprecia las plasmaciones planas, copias compulsadas de la
acción dramática; proporcionan información narrativa esencial, pero sin
relación de ningún autor con ella. Más adelante debatió el aspecto
psicológico de la imaginidad, considerando qué procesos de asociación podrían
regir la capacidad de saturar conceptos con sentimientos, trataba la imaginidad
con un mínimo de florituras. Más bien se concentraba en la exploración
detallada de las posibles elecciones del director que podrían generar en el
espectador una imagen del material cargada de emoción, el director no
sólo tiene que recrear el pre-texto, sino también tiene que interpretarlo y
desvelar un punto emocional central, un tema o donnée, la esencia
se halla en el conflicto entre el odio irracional de Rogozhin y la
inverosímilmente virtuosa respuesta de Myshkin al ataque.
Lo que constantemente
pretende Eisenstein es que el tema elegido guíe las opciones formales.
Esta idea puede verse como una actualización de
su pretensión anterior de que la tarea del cineasta era cineficar los
eslóganes políticos del momento, que ponía la cuestión temática en el centro de
la práctica artística. La elección del tema, según Iskusstvo en 1935, es
uno de los primeros pasos en la formulación de las ideas de cada cual.
Con todo Eisenstein también aduce que su método evita rutinas,
estereotipos y clichés. Para él, el tema tiene que expresarse
vigorosamente, incluso de forma chocante, para provocar nuevas y claras
respuestas del espectador. Por eso pone a prueba su pre-texto con asociaciones
complejas y cualidades emocionales evocadoras, los personajes están ligados a
motivos de animalidad, prisión, cloacas y máscaras, y todas esas metáforas
proporcionan inspiración sobre cómo abordar la dirección. Igualmente, el
asesinato de la prestamista por Raskolnikov ocurre en una estancia cerrada, por
lo que el director tendrá, de alguna manera, que transmitir el sentido de
ahogamiento, sus enseñanzas de 1933-1935 empiezan a articular el principio
constructivo basado en el motivo que se había manifestado ya en su práctica
cinematográfica desde La huelga en adelante.
Una vez que se encuentra la donnée pueden
desplegarse todos los medios expresivos del espectáculo para manifestarla con
toda su fuerza. La misma característica puede desarrollarse en diferentes
esferas de representación expresiva. En un ejemplo puede hacerse mediante el
delineado gráfico de la mise en scène, en otro por medio de la
gesticulación, en un tercero con el repiqueteo del discurso... Si queréis
pueden darse a la vez varias de estas plasmaciones. Herbert Marshall
recordaba que Eisenstein planteaba a sus alumnos la tarea de escenificar
una y otra vez el asesinato de César en la obra de Shakespeare. La tipología
de Eisenstein incluye tres técnicas expresivas: escenificación teatral,
montaje y cinematografía.
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