lunes, 9 de abril de 2012

La Nouvelle Vague

Tras la Segunda Guerra Mundial, con la industria alemana debilitada, Francia continuó dominando el mercado mundial del cine artístico en las décadas de los años 1950 y 1960, produciendo cineastas muy independientes que experimentaron diversos modos de expresión. En 1958 irrumpen los directores de la llamada Nouvelle vague (Nueva Ola) como François Truffaut (Los cuatrocientos golpes, 1959; Fahrenheit 451, 1966). Jean-Luc Godard (Breathless, 1959), Claude Chabrol, Louis Malle, Eric Rohmer, Alain Resnais (Hiroshima, mon ameur, 1959) entre otros. A pesar de que el cine francés manejaba planteamientos lejanos a los hollywoodienses, tampoco pudo escapar de la enorme influencia que ejercieron los grandes estudios durante los años 40 en el resto de Europa. Así, la Nouvelle vague se inspiró también en el cine comercial estadounidense de Howard Hawks, Alfred Hitchcock (por el cual Truffaut sentía una especial admiración) y John Ford. Por ejemplo, la película Breathless de Godard, con Jean-Paul Belmondo, es un homenaje a las películas de gángsters estadounidenses, pero desde una perspectiva europea.

A pesar de las grandes diferencias que a veces había entre ellos, lo que unió a todos fue la reivindicación del cine como lenguaje autónomo y el anteponer siempre la libertad creadora a toda exigencia comercial. Partiendo de su identificación como grupo, se unieron en la revista Cahiers du Cinéma, desde la que expusieron su teoría de quién es el verdadero autor: en el cine es solamente el director, cuya personalidad queda grabada en la película a pesar de las presiones de los estudios o las influencias exteriores de cualquier otro tipo.

A pesar de que se considera a la década de los 60 (y finales de los 50) como los años de mayor impacto del movimiento, su influencia continúa hasta el día de hoy ya que con la Nouvelle Vague nace el cine independiente, a la vez que el experimental da su paso más grande. Tambien nace ese amor a la filmoteca, esa pasión desmesurada por las películas de todas las épicas, la cinefilia.

Algunas de las características que definen a este movimiento son:

- películas de bajo presupuesto
- rodaje en exteriores en París y con pocos medios técnicos. Iluminación naturalista, que en interiores (reales, no en estudio) se recreaba con luz indirecta, rebotada, para hacer más fácil el seguimiento a los actores.
- uso de cámaras ligeras para rodar en mano y con libertad
- cambio en la fotografía con movimientos novedosos
- tomas largas
- personajes sin rumbo ni expectativas
- momentos de improvisación de rodaje y de los actores
- montaje discontinuo
- planos-homenaje a otros autores.

fuentes: Duiops.net , Cinecam.wordpress.com , Ojosdepapel.com

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